Soy una persona que detesta por sobre todas las cosas que la obliguen a hacer algo. Por eso cuando mi madre me ordena que haga algo, lo que sea, yo me resisto. Y puede que hasta yo misma quiera hacer esa cosa pero la cuestión es que el instinto me supera. Instinto rebelde, adolescente.
¿A quién le gusta ser un esclavo de la vida? ¡A nadie! Entonces, ¡¿por qué debería de gustarme a mí?! Sigo siendo una persona como cualquier otra. Y tengo sentimientos, miedos, secretos, entre otras cosas que podría pero no quiero mencionar.
¿De dónde llega este tema a mi post? Pues hoy tengo una cena obligatoria en la casa de mi tío. Como mi padre sabía de antemano que no querría ir, me lo dijo: ES OBLIGATORIO.
¡¡Y POR SUPUESTO QUE NO QUIERO IR!!
Pero, por supuesto también, iré, porque soy una esclava en este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario